11 mayo 2012

Mini: nostalgia, ciudad, perro, invisible, final.






 

Algo más que un amor de verano.

Quedó en silencio, añoraba el murmullo de sus labios, aquellos labios que le hicieron vibrar, al despedirse en el umbral de la puerta, casi invisibles los dos, a la luz mortecina de la tarde.  
Era final de algo, aún no tenía nostalgia de la ciudad perdida, pero sentía un dolor, como de perro apaleado, al comprobar cuan dura era la soledad.

Piedra

5 comentarios:

Esmeralda dijo...

Unas palabras preciosas, sentidas que llegan al fondo del alma.
Palabras que a la vez suenan anunciadoras de algo....
Miguel espero que todo vaya bien.
Un fuerte abrazo

Anónimo dijo...

jo, con una lagrimita me tienes, un beso muy gordo.
tu sobrina marina

Francesca dijo...

Yo quiero concentrarme en la puerta: está cerrada y es vieja, pero las puertas, invariablemente, se abren. Que se abra, Miguel...

Rafa pabernosmatao dijo...

Ahora haz uno con Fayri, estropajo, papel higiénico y servilletas, Jejeje. Muy bonito, muy conseguido. Expresiones.

Mafalda dijo...

¡Cuán dura resulta la vida las más de las veces! ¡Qué bien expresado, Miguel! Corto, simple, con las palabras imprescindibles y que lo contienen todo.
Abrazos.